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Por Roberto Hugo González

Publicado originalmente por Mega Metropolis Health & Fitness edición impresa de Mayo 2009

Jesús Alberto y Elvia Sáenz han trabajado y trabajado sin darse cuenta en qué parte de su trabajo el éxito se convirtió en parte de su vida. Este matrimonio, que está en el negocio por su arduo trabajo, dedicación y amor, es el propietario de siete farmacias Sáenz en el Valle del Río Grande.

En 1975, Jesús Alberto se graduó de la Universidad de Texas en Austin y Elvia se graduó de la Universidad de Houston e iniciaron sus carreras sin perder tiempo. La pareja abrió su primera farmacia en 1985. La aventura fue en sociedad con el doctor Javier Sáenz, conocido pediatra hermano de Jesús Alberto. En 1991, los Sáenz abrieron otra farmacia y desde entonces han llegado a tener siete.

Antes de ser independientes en sus negocios, trabajaron en otras compañías. Jesús trabajó con su mejor amigo de la universidad, David Garza, quien compró la primera franquicia de Medicine Shop en el Valle del Río Grande.

Elvia trabajó para grandes cadenas nacionales y regionales como K-Mart, HEB y MEDICO. “Este es un trabajo que amamos; y para cuando nos damos cuenta ya son las ocho de la noche. Puede ser un fin de semana y aún estamos trabajando. Entre más lo hacemos más nos gusta y nunca nos cansamos”, explicó Jesús Alberto Sáenz.

La industria farmacéutica da buenas ganancias, pero también conlleva mucha responsabilidad porque maneja el bienestar de la gente. Sin embargo, cuando tienes dos farmacéuticos con más de 34 años de experiencia cada uno y ellos disfrutan lo que hacen, los resultados son más que satisfactorios.

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“Yo disfruto lo que hago todos los días porque lo que más me gusta es ayudar a la gente. Especialmente cuando la gente es anciana, están muy enfermos y poco saben de medicamentos. Nosotros les explicamos la importancia de cada medicina y después de algunos años se desarrolla una relación personal con los pacientes”, dijo Elvia.

Ella añadió que cuando los clientes llaman a la farmacia, ellos reconocen la voz porque ya hay una relación establecida. Otro aspecto de confianza proviene de los doctores, “ellos saben que nosotros les proveemos los medicamentos adecuados”.

Los Sáenz son visionarios en la industria farmacéutica. Una de las siete farmacias de su propiedad es una farmacia nuclear. Según Elvia, la farmacia nuclear es diferente de una farmacia minorista. Ellos tomaron la iniciativa de asociarse con Lucio Garza, un joven farmacéutico y recién abrieron su primera farmacia nuclear en Harlingen.

La primera farmacia nuclear especializada fue establecida en 1978 por la Junta Directiva de Especialidades Farmacéuticas. Las farmacias nucleares están encargadas de preparar, distribuir y manejar radiofármacos usados para la diagnosis y terapia de la medicina nuclear.

Los Sáenz piensan que este tipo de farmacias son las farmacias del futuro. Actualmente, sólo hay otra farmacia nuclear en el Valle. Hay esencialmente dos clases de servicios de farmacias nucleares llamados Farmacia Nuclear Institucional y Farmacia Nuclear Centralizada Comercial:

  • La Farmacia Institucional Nuclear es usualmente manejada por grandes centros médicos u hospitales.
  • Las Farmacias Nucleares Centralizadas Comerciales sólo proveen sus servicios a los hospitales suscritos. Les preparan y venden los radiofármacos, como dosis unitarias, enviadas por personal especializado a los hospitales suscritos.

A los Sáenz les gustaría abrir más farmacias, pero los farmacéuticos están escasos y son difíciles de conseguir. “No dejamos escapar una oportunidad”, afirmó Elvia, sin embargo están conscientes de la falta de farmacéuticos.

Elvia está bien informada sobre el gran futuro de la industria, algo por seguro son los muchos cambios en las leyes implementadas por el gobierno estadounidense creando oportunidades de negocio para esta industria. En el 2006, Medicare, un Programa de Seguro de la Salud para la gente mayor de 65 años empezó a dar servicio farmacéutico y medicamentos.

Ella explicó que con el programa estatal Medicaid, los ancianos estaban limitados a tres prescripciones médicas por mes. Con la nueva ley y por el Medicare ahora no hay límite de recetas. Ella aclaró que algunos ancianos también podrían calificar para ayuda adicional por lo cual tampoco tienen que hacer un copago. Esto incluye a más personas deshabilitadas de menos de 65 años y gente de todas las edades con falla permanente de los riñones tratada con diálisis o un trasplante (End Stage Renal Disease).

“Tengo un paciente de 70 años que cuida a sus suegros, ellos tienen 100 y 102 años”, explica Elvia, sin poder ocultar su emoción cuando comparte esta historia. “Yo siempre les digo a mis empleados que esto no es un lujo, es una medicina que nuestros clientes necesitan”, agrega.

“Yo disfruto mucho mi trabajo”, expresó Elvia a Mega Metropolis Health & Fitness, añadiendo que ella siempre anticipa llegar a su trabajo porque “hay veces durante el día que voy a hablarle a alguien que espero y seguramente haré su día mejor. Y por esto es que me encanta mi trabajo”, finalizó ella. MMH&F


Los Sáenz son cofundadores del programa VAMOS (Valley Alliance of Mentors for Opportunities and Scholarships) junto con Alonzo Cantú y otros líderes de esta comunidad, quienes han hecho del programa todo un éxito.

Elvia recalca que es muy importante ayudar a los estudiantes que carecen de los medios para continuar una educación superior. “Yo sé que eventualmente el programa VAMOS y otros similares romperán el ciclo de muchas familias pobres y que requieren asistencia gubernamental”.


 

Portada de la edición impresa de Mayo 2009 de Mega Metropolis Health & Fitness. Próximamente disponible en versión digital.

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